julio 26, 2011

Ayer aprendíamos de las personas, ¿hoy de las máquinas?

No deja de asombrarme, la facilidad con la que ahora (con ahora me refiero a 15 años atrás, o más certero 10) tenemos acceso a todo tipo de productos: tangibles o intangibles y hoy me surge la inquietud de preguntarnos, si en el camino no hemos perdido un poco el concepto de valor, si hemos roto la experiencia de abrir y escuchar por primera vez un CD frente a la gran industria de la piratería y las descargas en línea, la emoción de ver un impreso con la nota que nos gusta y la sensación de leer un libro “de verdad” frente a todas las publicaciones electrónicas.

Sé que ésta disyuntiva sólo nos ocurre a la Generación Y, es decir, las personas que nacimos entre 1982 y 1994 o también nombrados: Millennials, aquellos que ingresamos al mercado laboral después del 2000, nosotros vivimos esa transición de lo tangible a lo intangible…

Nos caracterizamos por ser individuos que poseen una mayor accesibilidad en los distintos ámbitos de la vida, en la búsqueda de empleo a través de bolsas de trabajo y registros de currículos en línea que están migrando a plataformas sociales, escuchar conferencias del otro lado del mundo en sólo un clic, y organizar tal vez mejor nuestro tiempo, cuando años atrás, el aprendizaje en sí, se enfocaba en hacer el viaje y regresar con un correcto networking, participar en concursos y trivias en las que se consiguen boletos para conciertos, antes reservados para fans, coleccionistas o individuos que albergaban en su cabeza una serie de datos asombrosos respecto a las bandas, han cambiado a ser un premio a la persistencia o “popularidad” en las que a través de un SMS, un tweet, un like o mil RTs, se consiguen los primeros lugares.

¿Será que el costo de las cosas ha disminuido en cuanto al “precio” que debemos pagar por él?, o ¿sólo se ha cambiado la perspectiva? Es un hecho también que la sociedad está inmersa en un cúmulo de información que frecuentemente resulta infravalorada.

Recuerdo que las tareas o los casos de estudio de la Universidad presentaban un reto, porque debíamos hacer investigaciones de campo, llamar a las empresas o pedirle a algún conocido que nos diera un poco de información para conseguir los objetivos, ahora se almacenan en Wikipedia.

Es una realidad que eso nos acerca a más personas, a conocimientos especializados, a poder dimensionar aspectos que antes nos resultaban lejanos o limitados con las enciclopedias o diccionarios tradicionales. Pero eso nos aleja de nuestra realidad y de la satisfacción de trabajar duro para conseguir resultados.

¿Qué pasará con la percepción de valor de los nativos digitales? ¿En dónde guardan esas satisfacciones? ¿las buscan? O esperan que la respuesta correcta esté en Yahoo Answers o en la barra de búsqueda de Google?.

Por Diana Romero @dlromero
Cortesía de imagen: Maggie Smith 

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